Fuente de la Teja, Torrelodones.- 2008

viernes, 6 de agosto de 2010

A VECES ES UN MÓVIL, SÓLO UN MÓVIL.

Este es un fragmento del diálogo que tiene Luisa, con su marido, Raúl… El hombre que la maltrata… que dice que la quiere… y está dispuesto a destruirla.


NO ME HAGAS DAÑO… Fragmento de la Primera Escena.

Raúl Vamos a ver, esta tarde te he dejado un mensaje en el móvil contándotelo todo, ¿es que no lo has oído?

Luisa Pues no, la verdad es que… Creo que no lo he recibido.

Raúl No sé para qué llevas móvil si no hay forma de contactar contigo, o no lo oyes, o no lo miras… o no tiene batería.

Luisa ¿Y qué quieres que haga si no lo he oído…?

Raúl Es que lo jodes todo, Luisa… Una noche que… Bueno, da lo mismo.


Luisa ¿Por qué no reaccioné? ¿Por qué no le dije que me tratara bien?


Raúl Es que es increíble. Te llamo y nunca contestas al maldito teléfono. Mira el mensaje, joder, ya verás como sí te lo he enviado.


Luisa Y me puse a buscar como una tonta, en el bolso, donde había de todo, como siempre, pero el maldito móvil no estaba. Raúl me dijo que no entendía cómo podía llevar tantas cosas inútiles en el bolso. No le contesté, sólo quería encontrar el teléfono y que esa pesadilla terminara de una vez…


Luisa He perdido el móvil o me lo he dejado en la oficina, no sé…

Raúl ¿Te das cuenta? Lo pierdes todo… Un día vas a perder la cabeza…

Luisa Soy distraída… No lo puedo evitar. Lo siento.

Raúl Pues cambia, Luisa, cambia… Porque así no podemos seguir… Cuando no es una cosa es otra… ¿Es que no te das cuenta?

Luisa Yo creo que exageras…

Raúl ¿Que exagero? ¿Quieres que te haga una lista de tus despistes, de tus meteduras de pata? Si quieres te la hago. Me sacas de quicio, Luisa.


Luisa ¿Por qué me quedé callada? ¿Por qué no le dije que me estaba haciendo daño?, ¿por qué?…, ¿por qué?


Raúl Eres única para joder las cosas… ¡Vaya mierda de noche, coño!


Luisa Y siguió con su interminable lista… Que no valía para nada, que no me podía aguantar… que estaba cansado de mis torpezas… que, delante de sus amigos, le avergonzaba, que era patética y atolondrada, que me miraba y…

Se levantó de la mesa del restaurante, y me dejó, allí, sola. Pasé mucha vergüenza, sentía que todos me miraban, y yo quería desaparecer. Me puse a llorar como una idiota. Mientras volvía a casa, conteniendo las lágrimas, no era capaz de entender qué es lo que había pasado, y me sentí culpable por ser tan distraída, y por haber perdido el maldito móvil… Tenía una terrible angustia, y no sabía qué hacer, ni a quién pedir ayuda. Me veía sin fuerzas, perdida, sola… De pequeña, muchas veces me sentí así, como inútil, incapaz de hacer bien las cosas. Intentaba ayudar y lo estropeaba todo… Como cuando le quemé a mi madre su blusa preferida, porque quise planchársela para darle una sorpresa… Y ella se enfadó… El móvil estaba en casa, encima de la mesita y, efectivamente, tenía un mensaje suyo. Lo escuché y sonó su voz divertida diciéndome que me preparase, que esa noche me iba a sorprender, que jamás la iba a olvidar y que era la mujer de su vida y… Yo me puse de nuevo a llorar como una imbécil porque me di cuenta de que él era feliz en ese momento, y, horas después, todo se había ido a la mierda por mi culpa. Y sentí que le quería con toda mi alma, que le necesitaba, y que tenía que hacer un esfuerzo por cambiar… y no sacarle de quicio… y no hacerle esperar, y… Esa noche llegó muy tarde. Había bebido. Yo estaba despierta, preocupada. Se metió en la cama y se arrimó a mí y comenzó a quitarme la ropa bruscamente. Todo fue muy rápido. Yo… estaba triste y… quería decirle que lo sentía y… Me folló, sin decir nada, sin una sola palabra, sin una caricia. Luego se durmió.

1 comentario:

  1. Qué bonito, Rafa!!! Has conseguido reflejar tan bien algo que pasa tantas veces, todos los días!!!!!Ojalá sirva para que muchas mujeres dejen de aguantar y se rebelen!
    Un abrazo!

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